Una diminuta sala de 20 m2, una mesa para ocho comensales, y una exclusividad única. Se trata del restaurante vanguardista Mibu, cuyo propietario es Hiroyoshi Ishida, un prestigioso cocinero japonés. Y es que éste restaurante de moda, situado en el elegante barrio de Ginza en Tokio, está causando furor, a pesar de su elevado coste, unos mil euros por cubierto.
Una reserva realizada con meses e incluso años de antelación, puede darte el lujo de poder cenar en este prestigioso restaurante, en el que se hace dos horas de ritual. Sólo los socios y los acompañantes tienen acceso a Mibu, una vez al mes y con una reserva ya efectuada previamente. Sin llegar a dudas, Mibu se ha ganado a pulso su fama, ya que es un restaurante completo en todos los aspectos. El menú está basado en la cocina tradicional Kaiseki, una cocina en la que se trata tanto la calidad de los alimentos como la calidad artística, un papel fundamental en la cocina vanguardista. Son platos deliciosos tanto para la vista como para el paladar. La carta se actualiza cada mes, y en la que sólo se cocinan los productos de cada temporada del año, ya que los ingredientes que se encuentran en cada plato tienen un color, una textura y un sabor diferente.
Hiroyoshi Ishida prepara sus platos con una espiritualidad que lo caracteriza, y es que ya lo dijo Ferran Adriá una vez: «La gran diferencia entre un europeo e Ishida es que el primero puede cocinar con las manos, con los sentidos, con el cerebro e incluso con el cariño, pero nunca con el alma como lo hace él«.
Colaboración especial: El Placer de los sentidos.