Situada en las Ramblas y tal vez en todas las guías de la ciudad, la coctelería Boadas sigue siendo uno de esos rincones mágicos de la ciudad. Pequeño y coqueto como una joya, Boadas no entiende de modas ni tendencias, pese a ser seguramente uno de los bares más cool de Barcelona. Todavía conserva ese porte y elegancia caduca de los años 30, condensándolo todo en su pequeño local de barra de madera, taburetes circulares y barmans en esmoquin que parece sacado de una novela de Scott Fitzgerald.
Con todo, sus cócteles son su mejor baza, por lo que no es de extrañar que gran parte de su público acuda casi «de paso» para probar sus combinados (los hay de todo tipo: Vodka Collins, Gimlet, Bloody Mary, Vodka Soda, Rob Roy…) y dejar su huella en este lugar que respira historia, tradición y cierto aire distinguido. Clientes habituales, locales, visitantes y extranjeros… todos han oído hablar de la magia de este lugar y se dejan ver en horario afterwork. Uno de los must de la ciudad, si vas no puedes perdértelo. Imprescindible.
Considerada una de las primeras y mejores coctelerías de España, se permite tener su propio dresscode y no permite la entrada en bermudas o chanclas, una manera de filtrar el perfil de su público. Ahí queda eso.
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