Muchos hemos asistido con estupor al espectáculo de encontrarnos esmaltes de uñas al abrir la nevera. Poco a poco, y con el tiempo, la timidez de los esmaltes semiescondidos en el compartimento del queso ha dado lugar a todo un bodegón cosmético de refrigerador: barras de labios, máscaras de pestañas y, finalmente, alguna crema antiarrugas. Lo que en un principio pudiera parecernos pura excentricidad o un atracón de consejos de botica, nos lo trae Biszet en formato de última tecnología. ¿Nuestras madres? Unas visionarias.

La firma alemana de vanguardia en el desarrollo del cuidado óptimo de la piel ha lanzado un nuevo concepto que viene a revolucionar la línea blanca: un refrigerador de baño. B7 es, como suena, un aparato refrigerador que promete mantener los productos cosméticos en excelentes condiciones de por vida, al menos durante la vida natural de los cosméticos, que suele rondar los 2 años.

Fabricado en acero inoxidable y vidrio aumado, este interesante aparato presenta tres espacios de refrigeración independientes. El superior, dedicado a los productos con colágeno, mantiene el producto a 12ºC. El intermedio, pensado para los productos de componentes naturales, los conserva a 10ºC. El inferior, reservado para las composiciones con vitaminas, mantiene una temperatura de entre 5 y 8ªC.

Por último, incluye una clave de seguridad para evitar el acceso no autorizado a los productos guardados.

Más información: Biszet B7