Carmina Shoemaker fabrica en la actualidad uno de los mejores zapatos artesanos del mundo. Tenemos que remontarnos al año 1961 para hablar del comienzo de esta empresa y saga familiar en el mundo del calzado. José Albadalejo Pujadas creó Yanko y se convirtió en una de las mayores empresas zapateras española. Sólo en la década de los 80 fabricó más de un millón de pares de zapatos.
Tuvieron que superar una crisis del sector en la que las ventas y la demanda del zapato de lujo descendió vertiginosamente. En el año 1997 sería cuando José Albadalejo con su esposa y alguno de sus hijos decidieron crear una nueva compañía en el sector del calzado artesano de lujo, con el nombre de Carmina Albadalejo Shoemaker, que nace con la convicción de crear y fabricar uno de los zapatos artesanos de mayor calidad del mundo.
A los pocos años de su inicio, Carmina Shoemaker ya cuenta con siete tiendas en algunas de las ciudades con mejores escaparates del mundo. La marca cuenta con tiendas en París, Madrid, Marbella, Bilbao y Palma de Mallorca y compite con los más reconocidos zapateros ingleses. Una de las mayores aportaciones y diferencia de Carmina Albadalejo es que crea zapatos con cosido goodyear tanto para hombre como para mujer con idéntica técnica, calidad y perfección.
Sus maestros artesanos crean todos y cada uno de sus once pasos para conseguir un zapato de una calidad excepcional digno de los mayores sibaritas del calzado artesano.
Los pasos que siguen en Carmina Albadalejo Shoemaker son:
1. Creación de la horma: Los maestros hormeros realizan un molde de madera a mano después de un estudio ergonómico del pie conjugando comodidad y estética.
2. El patrón dibujado: Aunque es una tradición extinguida entre la mayor parte de los fabricantes de este tipo de calzado, Carmina Shoemaker sigue incorporando este proceso de producción que consiste en dibujar el modelo sobre la propia horma de madera.
3. Patronaje: Las líneas dibujadas sobre la horma en volumen son trasladadas a un patrón plano que indica el corte del conjunto de piezas de piel y forro que conforman la parte superior del zapato.
4. Selección de materiales: Utilizan materiales meticulosamente seleccionados y de la mejor procedencia. Su conservación se realiza siempre a la misma temperatura para que adquieran la textura adecuada para el corte. Son especialistas en el tratamiento de piel de anca de potro, cartílago muy preciado y de una exquisita calidad.
5. Corte: Lo realizan siempre a mano, pieza por pieza, par por par. Luego se igualan las piezas en grueso para un ensamblado y cosido perfectos.
6. Cosido: Se cosen meticulosamente todas las piezas entre sí, incluídos el forro y los refuerzos, con hilo de algodón con mezcla de acrílico para que el pespunte quede lo más tensado posible con el fin conseguir una calidad duradera.
7. Montado: La piel se ajusta sobre la horma en una operación semi-manual. Con ayuda de calor húmedo, la piel va reflejando perfectamente el volumen y la línea de la horma. Una vez finalizado el montado, el zapato se deja sobre la horma durante cuatro días para que tome unas hechuras que garanticen su durabilidad.
8. Cosido de viras y suelas: Se cose la vira (empalmillado) y se rellena el hueco que deja con un compuesto natural de corcho y suela molida de 1 cm. de espesor. Dadas las propiedades maleables de este compuesto, cada pie (una vez se calza el zapato) origina su propia plantilla después de varios días de uso. Cuando el compuesto queda suficientemente sólido, se coloca la suela, se alzan los hendidos (corte transversal hecho sobre la suela) y se cose la suela por debajo. Después se cierran los hendidos quedando el cosido protegido del contacto directo con el suelo.
9. Desvirado o igualación de cantos: A continuación se igualan los contornos del piso, preparando el zapato para clavar el tacón. Éste se realiza con capas de suela que se colocan una sobre otra para obtener un elemento compacto que no se agriete ni se mueva jamás.
10. Pintado y abrillantado: Se tiñen los cantos y plantas con tintas de cera y cera carnauba a fin de conseguir un brillo natural y duradero que dé más belleza al zapato.
11. Acabado: Se aplican a la piel ceras y cremas de abeja con cepillos de pelo de armiño y lamas de tela. Se obtienen así los múltiples matices de abrillantado, evitando los brillos uniformes y consiguiendo la patina del zapato usado.
Todo el proceso para la elaboración de un zapato consta de entre 15 y 20 días, lo que permite de Carmina Albadalejo garantizarnos que sus zapatos tendrán un altísimo nivel de calidad, creando zapatos únicos sin uniformidad. Respetan las irregularidades y diferencias de todos los materiales empleados para la creación de cada par de zapatos, siguiendo una forma de trabajo totalmente artesanal a la hora de fabricar un producto que se convierta en una obra con personalidad propia para cada cliente.
Más información: Carmina Albaladejo