El mundo se reinventa y el lujo, panacea de los sueños inalcanzables, no iba a ser menos. La historia -muchas de ellas- reclama ahora ser evocada en forma de perfume con las narices de Givaudan, los líderes suizos en creación de fragancias que han creado escuela.
Atrapar la esencia olfativa de momentos no vividos es cosa de arte. Y tal vez por eso su gurú no es un huérfano obsesivo de los suburbios de París, sino Carlos Huber, un arquitecto mejicano apasionado por la preservación histórica. Y esta vez, ha querido preservarla -la historia, y cada una de ellas- en una colección de 7 perfumes únicos que recrean en olor de una época.
Surgidos a partir de un lugar, un momento o su gente, los perfumes atrapan esencias únicas, como la de los claustros del Convento Real de Jesús María, la cosecha cítrica en la Calabria medieval, o el ofrecimiento de la Infanta Maria Teresa de Austria en la Isla de los Faisanes allá por el s. XVII.
Sus nombres no son menos evocadores: L’Etrog, Flor y Canto, Fleur de Louis, Infanta en Flor, Anima Dulcis, Aleksandr o Boutonnière nº7.
Presentados en arquitectónicos envases de 55 ml., sus precios oscilan entre los 165 y los 195 dólares. En España, los encontrarás en Marché aux Puces y en Nadia Perfumeria.
Discernir sus notas es hilar una historia. Olerlas, abandonarse irremediablemente a otra época. Un aquí y ahora de ensueño, siempre inalcanzable. La esencia misma del lujo.
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