Color y aroma intensos, untuoso al paladar y con un equilibrio superior al de cualquier Burdeos. Esta podría ser la opinión de cualquier sumiller o experto catador de vinos cuando prueba el que es considerado uno de los mejores «caldos» del mundo. Intentar hablar en un artículo de él conlleva una gran dificultad además de una temeridad. En Sibaritissimo trataremos de acercar a nuestros lectores el Burdeos mas exclusivo y legendario de la historia, el Château Petrus.
Originario de, contradictoriamente, la zona mas proletaria y menos valorada de Burdeaux denominada Pomerol en la región del Libournais, donde en apenas 11,5 hectáreas de terreno arcilloso producen un tinto mítico y excelente procedente de las cepas de uva de la tierra, la uva Merlot. Su cosecha es muy laboriosa además de escasa. Ésta se realiza de forma tradicional, a mano y durante un periodo que no puede superar los 3 días. Petrus es además uno de los vinos de Burdeos pioneros en la técnica de la recolección en verde, antes de la maduración de la uva, con el fin de controlar exhaustivamente la calidad de las uvas pudiendo desecharse hasta un 50% del total de la recolección. La producción del Château Petrus es muy limitada, apenas 30.000 botellas al año para todo el mundo, todo ello debido a su severa e incondicional selección de la mejor uva y por la escasa renovación de sus cepas. Tan sólo cuando pasan 70 años se renuevan las cepas viejas y se plantan unas nuevas que no producen una uva digna de un Petrus hasta su segunda o tercera añada.
El secreto de un Petrus, celosamente guardado por su maestro enólogo Jean Claude Berrouët, pasa por envejecer en barrica de roble francés un periodo de entre 24 y 26 meses y se embotellan los caldos que serán puestos en circulación tras su reposo o bien los que formarán parte de los «Grand Vins» los que no verán la luz hasta dentro de 12 ó 15 años, las añadas míticas de la firma.
Aunque la historia de Petrus se escribe desde hace mas de 200 años realmente no se dio a conocer hasta el final de la 2ª Guerra Mundial periodo en el que sus actuales propietarios, las familias Lacoste-Loubat y Moueix, adquieren la bodega a sus propietarios originales que pretendían seguir con el silencio y la discrección que les caracterizaba y que no permitieron dar a conocer Petrus al mundo.
Adquirir un Petrus ronda los 670 euros de un Reserva del 92, a los 1.200 euros de un Reserva del 94 y hasta los 15.000 euros de un Grand Vin reserva del 61.
Añadas excepcionales de Petrus: 1945, 1948, 1950, 1952, 1959, 1961, 1964, 1967, 1971, 1975, 1982, 1985, 1989, 1994 y 2006.
Colaboración especial: NextRoom