Hace un año el comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO decidió incluir los fiordos de Geiranger y Nærøy en su prestigiosa lista de los bienes culturales y naturales más valiosos del patrimonio de la Humanidad.
La decisión se tomó en base a que la zona de los fiordos de Geiranger y Nærøy es una de las más bellas del planeta. Un lugar de una belleza excepcional. Montañas que alcanzan los 1400 metros sobre el nivel del mar que se sumergen 500 metros bajo ese mismo mar, cascadas que vierten sus aguas por los costados de las montañas, profundos bosques de coníferas y abedules que siembran las montañas hasta su cima. Esencialmente un fiordo es eso: un valle que un glaciar ha hecho más profundo.
Normalmente los fiordos noruegos se empiezan a recorrer visitando la ciudad de Bergen. Una ciudad sacada de un cuento de hadas con sus miles de encantadoras casitas de madera en donde sus habitantes disfrutan dando al viajero la bienvenida a su hermosa y polifacética ciudad.
Imprescindible visitar el fiordo más largo del mundo: el de Sognefjord, el espectáculo del de Geiranger con sus impresionantes cascadas, la región de Rogaland: la tierra de los vikingos y los escabrosos desfiladeros del Tokagjell.
A diferencia de muchos lugares del mundo, los fiordos se contemplan de arriba a abajo y viceversa. Los fiordos Noruegos producen visiones de la naturaleza difíciles de olvidar. ¿Nos vamos a Noruega?
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