La marca fue fundada hace 5 años por Franc Vila, un valenciano que por esa época tenía 30 años. Al principio su intención simplemente era crear un reloj perfecto para él, pero su entorno de amigos mostró interés y se dio cuenta de que podía tener éxito comercialmente. Inicialmente lo intentó con una marca española pero pronto se dio cuenta de que para satisfacer sus criterios de excelencia debía colaborar con artesanos y relojeros suizos.
En cuanto al origen del interés del propio Franc Vila por la relojería, hay que remontarse a cuando él tenía unos 7 u 8 años. Un día descubrió un reloj automático de su padre guardado en un cajón, y preguntó a su padre por qué estaba parado. La respuesta fue que los relojes sólo funcionan cuando están en contacto con humanos, y para demostrárselo cogió el reloj, que empezó a funcionar de nuevo. Esta explicación para niños hizo ver a Franc una relación mágica entre los seres humanos y los relojes, por la que somos nosotros quienes les damos vida. Fue así como empezó a interesarse por la relojería desde muy joven, al principio como coleccionista de relojes, además de estilográficas. Sus estudios en Ciencias Químicas, Bellas Artes y Filosofía le han aportado un buen cimiento sobre el que levantar un proyecto personal de este calibre.
Volviendo a la marca, su filosofía se puede resumir en crear grandes complicaciones relojeras contemporáneas respetando las técnicas y los estándares de calidad de la Alta Relojería tradicional. Esto obliga a producir en series ultralimitadas, de entre 8 y 88 piezas dependiendo del modelo. El compromiso de desarrollar relojes de gran complicación se refleja en la trayectoria de FRANC VILA:
- El primer reloj FRANC VILA fue un repetidor de minutos con calendario perpetuo. Los mecanismos de repetición de minutos son extremadamente complicados por la dificultad de que el mecanismo pueda saber exactamente en qué posición están las agujas para poder dar los toques sonoros correspondientes. (Esta pieza carece de nombre, ya que es una pieza única que permanece en la colección personal de Franc).
- En sólo dos años FRANC VILA desarrolló su primer torbellino, una de las mayores complicaciones relojeras. (FVa Nº 1).
- Un año después presentó el primer mecanismo regulado por torbellino con cronógrafo de rueda de columnas monopulsador en el que todo el mecanismo del cronógrafo y su funcionamiento son visibles en el lado de la esfera. (FVa Nº Cuatro). Junto a este reloj presentó también un mecanismo con reserva de marcha de 10 días que se auto-regula para garantizar precisión de cronógrafo deteniéndose automáticamente cuando la precisión cae por debajo. (FVa Nº 5).
- Hace unos días FRANC VILA desveló una de sus novedades: un torbellino esqueleto concebido como reloj deportivo que hunde sus raíces en la arquitectura para encontrar el equilibrio entre rigidez, ligereza y baja densidad. (FVa Nº 6 SuperLigero).
Hoy en día Franc Vila produce unos 700 relojes al año, que se distribuyen en varios países: España, Estados Unidos, América Central y del Sur, Holanda, Emiratos Árabes, Portugal, Rusia, Egipto, Bulgaria, Australia, Israel, Malasia.
Para acabar, el rango de precios oscila entre unos 16.000 euros y unos 300.000 euros.