En la preciosa ciudad de Granada nos encontramos con uno de los exclusivos hoteles de la cadena Hospes. Para quienes no la conozcan es una pequeñísima cadena con tan solo 10 hoteles, ubicados casi todos en antiguos palacios y decorados como se merecen joyas como la que hoy os enseñamos.
El Palacio de los Patos, data del siglo XIX y está reformado y ampliado con un moderno edificio contiguo. Un contraste ideal para un Palacio calificado como bien de interés cultural.
El blanco radiante de la impresionante escalera nos abre los ojos para terminar de creer que estamos en un verdadero palacio. Techos altos y escaleras de acceso a las habitaciones con barandillas muy trabajadas de la misma piedra blanca que nos deslumbró al entrar. Allá donde mires encuentras una bonita columna con su capitel, grabados en las paredes o dinteles encima de todas las puertas de las habitaciones.
No solo lo clásico predomina en este hotel ya que tiene a nuestro servicio un relajante y completísimo spa. También construido y decorado con un gusto impecable, por cierto.
Es difícil encontrarle un pero a este hotel; la ciudad, el edificio, la decoración… todo va acorde en el Palacio de los Patos.
Si hablamos de las habitaciones, disponemos desde las sencillas habitaciones dobles con cama de 2×2 metros, cristaleras al precioso jardín y paredes de alabastro que la hacen increíblemente luminosa, hasta la majestuosa Suite Presidencial que cuenta con televisiones de LCD, altísimos techos con frescos, varios sofás en la sala de estar, suelos de autentico mosaico y terraza exclusiva con vistas al jardín y a la ciudad. 80 metros cuadrados repartidos entre el recibidor, la sala de estar y la habitación, bañados en el mejor gusto que se puede encontrar en un hotel español.
Sinceramente la Suite Presidencial es lo que definitivamente hace que te enamores de este hotel Palacio de los Patos para siempre.
El precio de las habitaciones comienza en 214 euros la más básica hasta los 738 euros de la Suite Presidencial.
Un claro ejemplo de que la majestuosidad de Granada no acaba en La Alhambra…
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