En la comarca de La Garrotxa, concretamente en Olot (Girona), se encuentra una pequeña joya del diseño de vanguardia, que hará las delicias de los sibaritas amantes de los restaurantes singulares.
Les Cols es una antigua masía catalana, reformada de manera espectacular combinando cristal y acero (premio FAD por sus interiores), en la que se ubica un restaurante de alto nivel (la cocina de Fina Puigdevall ostenta una estrella Michelin y un 8,5 en la guía Gourmetour). Para completar la experiencia, han añadido cinco habitaciones peculiares a las que llaman ‘pabellones’ y en las que podremos pasar la noche. Para no ser menos que el restaurante, sus habitaciones han recibido también el galardón FAD por su revolucionario diseño.
La carta de Les Cols se basa en elaboraciones modernas a partir de ingredientes mayoritariamente autóctonos y, siempre que sea posible, de pequeños proveedores que cultiven, cuiden o elaboren sus propios productos (verduras, frutas, animales de granja, quesos…). De hecho, son los platos que incluyen estos ingredientes los que más triunfan, y con razón, ya que la ensalada de setas de carrerilla, los guisantes ahogados, o la espaldita de conejo adobada son realmente dignos de su buen palmarés en las guías gastronómicas.
Excelente y extensa selección de quesos artesanales, que combinan con unas mermeladas que, como no podía ser de otra manera, también lo son (magníficas las de berenjena y zanahoria). Los postres no se quedan atrás, principalmente los que incorporan sus frutas biológicas. Y si el clima lo permite y nos apetece, podremos salir a tomar el café a su tranquilo jardín interior.
Muy buena carta de vinos, con referencias nacionales e internacionales, contando con un extenso apartado de cavas y champagnes.
Si cuando acabáis la cena no queda demasiada actividad en el local, no dudéis en pedir a algún componente de su cordial servicio de sala que os enseñe la cocina y la bodega, todo un alarde de organización y modernidad.
Las habitaciones (o ‘pabellones’) están planteados para disfrutar de la naturaleza y la meditación, ya que son salas totalmente acristaladas (el techo parcialmente), rodeadas de un pequeño jardín acotado por unos muros vegetales que las protegen de las miradas ajenas. Todo ello, pensado para poder disfrutar del paisaje volcánico del lugar, las estrellas y los cambios de luz al amanecer. Por supuesto, un eficaz cuadro de mando domótico nos permite cubrir o descubrir los cristales a nuestro antojo. Dado lo ‘zen’ del tema, el mobiliario es inexistente a excepción de una cama de estilo japonés y un par de cojines. El lavabo es otro alarde de diseño (la pica no dispone de grifo y se acciona a modo de cascada cuando detecta una presencia cercana, la ducha es de techo a modo de lluvia fina y la bañera es casi una minipiscina con fondo de pequeñas piedras y capacidad para 4 personas.
Toda una experiencia para los sentidos, especialmente recomendada para veladas románticas en pareja. El coste de una noche con cena degustación, habitación y desayuno en la cama: algo menos de 500 euros por pareja.
Antes de irnos, nos prepararán un cesta de picnic cono todo lo necesario para irnos de excursión, por si deseamos explorar las bondades de la comarca sin preocuparnos de la comida ni de la ruta, ya que incluirán también unas fichas con media docena de rutas sugeridas.
Colaboración especial: Dani – CaviarBCN