Un lugar realmente excepcional, a un cuarto de hora en barco del pequeño puerto de Limerick Bay en las Islas Vírgenes británicas. Necker Island, la isla de los robinsones millonarios es un verdadero paraíso tropical.
A finales de los años 70 Richard Branson, joven hombre de negocios recorre las islas del Caribe en busca de una casa donde pasar sus vacaciones de verano. Cuando le anuncian que varias islas del archipiélago de las islas Vírgenes están en venta, el director de Virgin ve su sueño hecho realidad. La compra de Necker Island supone el comienzo de unas obras faraónicas que se alargan durante varios años.
La arquitectura de la isla está dominada por influencias balinesas, desde los muebles hasta el tejado de paja provienen de la isla de los dioses. Diferentes objetos de África y Asia decoran las diferentes estancias. Las camas están protegidas por una mosquitera y los tejidos coloridos del Caribe contrastan con la ropa de cama blanca. Las habitaciones no disponen de televisión ni de teléfono, en la isla la relajación y la desconexión con el resto del mundo están garantizados.
Después de varios años de disfrutar de la isla en privado, Richard Branson decide alquilarla: “no me parecía justo poseer una isla como esta y utilizarla tan sólo unos meses al año”. A partir de ese momento, millonarios de todo el mundo invitan a sus amigos a celebrar un cumpleaños, un aniversario de boda… En el libro de visitas figuran nombres como la princesa Diana de Gales, Roger Taylor, André Agassi, Harrison Ford, Steven Spielberg, Robert de Niro…
Necker Island dispone de 10 habitaciones en la vivienda principal y tres grandes villas balinesas con piscina privada. Cada habitación o villa puede acoger a dos personas. La isla tiene dos playas principales, Turtle Beach (para contemplar la puesta de sol) y Main Beach (ideal para la práctica de deportes náuticos), y una infinidad de playas desiertas. Necker Island puede acoger a un máximo de 26 personas. Una treintena de empleados se aseguran de que a los clientes de la isla no les falte de nada. La cena preparada por Graham Brundle puede ser servida en la gran mesa de madera del interior, o en la terraza exterior con impresionantes vistas a la puesta de sol. La isla se alquila en su totalidad bajo la fórmula de “todo incluido” (comidas a la carta, bebidas ilimitadas, actividades deportivas terrestres y náuticas). El precio de este paraíso es de 34.000€ la noche (estancia mínima de 5 noches).
Más información: Necker Island