Norman Vilalta o como un joven abogado decide abandonarlo todo por una pasión: Los zapatos. Este podría ser el comienzo y el final de la historia de un hombre que persigue un romántico ideal. Hacer zapatos a medida. Y además en un país con una enorme tradición de zapateros; España. ¿Suena a locura, verdad?
Dejar atrás toda una vida para dedicarse a hacer lo que realmente uno desea es un sueño sólo al alcance de unos pocos. Como si de un exclusivo y lujoso objeto se tratara. Algo reservado a unos pocos valientes. Como el maestro zapatero Norman Vilalta.
Establecido en nuestro país desde el comienzo de este siglo, este «sastre» de los zapatos de origen argentino, persigue desde sus inicios, como aprendiz en los talleres de Stefano Bemer en Florencia, la perfección y la elegancia en un elemento que no puede pasar desapercibido para cualquier sibarita. Sus zapatos. Hoy en día donde abundan multitud de firmas con una producción llamada en serie y de carácter industrial, algunos que no nos conformamos con esta opción buscamos esas «hormas» que tan solo Lobb,
Berluti y como no, Norman Vilalta únicamente nos puede ofrecer.
El proceso creativo de unos zapatos de Norman Vilalta comienza con el análisis minucioso de las necesidades y gustos del cliente. Así como cada persona es diferente, así deben ser también sus zapatos. Se toman las medidas del pie: empeine, planta… y hasta el largo de cada uno de los dedos. A continuación se define el estilo de la horma donde el cliente siempre es el que ordena y decide que zapato es el que mejor se ajusta a sus preferencias, mas redondo, puntiagudo, cuadrado… De esta primera horma es donde sale el «molde» o zapato de prueba que va a servir para hacer las modificaciones y ajustes al diseño definitivo. Es en este momento cuando el cliente escoge el tipo de piel, color y acabados que tendrán sus futuros zapatos. Todo es una continua labor de comunicación con el cliente hasta llegar a conseguir ese par de zapatos ideales para cada persona.
El tiempo de elaboración de un par de zapatos de Norman Vilalta conlleva mas de 200 procesos diferentes, totalmente artesanales y 50 horas de trabajo, de media, para cada par. Aunque se han llegado a confeccionar modelos que han necesitado hasta medio año de trabajo.
La producción que sale del taller de Vilalta en Barcelona es de apenas 100 modelos al año, casi todos destinados a clientes en el extranjero. Cada uno de estos clientes cuenta con su propia horma realizada en madera y cuidadosamente etiquetada y almacenada. Además de asegurar que no salen dos zapatos iguales de su taller, todo cliente de Vilalta se reconoce por llevar además un zapato asimétrico. Diferente el izquierdo del derecho. «Siempre hago los zapatos distintos del lado interno y del lado externo, algo que se
aprecia en las taloneras. Es un detalle mío, un juego.«; en palabras del propio Vilalta, para nosotros es un verdadero lujo.
Colaboración especial: NextRoom