Dicen que es el automóvil fabricado en serie más caro del mundo, y lo dicen desde Ginebra en la última edición de la feria especializada. Su valor superior al millón de euros da efectivamente alguna pista al respecto. Y parece venir recomendado como hijo predilecto de la casa Pagani, una firma italiana fundada por Horacio Pagani, oriundo de Argentina, que hasta ahora sólo había versionado su único modelo en cartera: el Pagani Zonda. Si bien las similitudes entre ambos coches son palpables, este coche presume de ser más estético, más esbelto, más lujoso, más caro. Pero, ¿más potente?
Se trata de un superdeportivo biplaza con carrocería en fibra de carbono combinada con tiras de titanio, lo que apuesta por una total resistencia y menor peso. Flanquea al coche una gran parrilla en fibra de carbono que cubre casi en su totalidad la zona reservada al paragolpes. Las puertas de estilo «alas de gaviota», sus retrovisores que emulan antenas y demás detalles del coche hacen pensar que está inspirado en la levedad de un insecto, también en su estética. Tres pequeños faros presiden ambos lados de las ópticas posteriores. Ostentoso y futurista por fuera, lujoso por dentro, pero… ¿qué esconden las entrañas de este superbólido? Una aceleración de 0 a 100 en 3 segundos y 380 km/h de velocidad punta en poco más de una tonelada. Porque su peso es, en realidad, de un kilo: un millón de euros.
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