La firma italiana Prada, prueba de que la stravaganza y la elegancia no tienen por qué estar reñidas, ha vuelto a hacerlo. Ahí lo tienes, su creación más valiosa, la más sonada, la más cara. Viste como la alta costura pero es fugaz como una pieza de prêt-à-porter. Y no va de sastrería italiana.

El tándem llevado a pareja compuesto por Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, dueños y señores de la marca,  acaban de lanzar una embarcación diseñada para desfilar por las aguas de San Francisco en la próxima America’s Cup.

Y más le vale hacerlo con honra -como en otras ocasiones triunfales del Luna Rossa-, porque las cifras son abrumadoras: 52.000 horas de trabajo a manos de 300 profesionales y una inversión de 40 millones de euros son sus señas de identidad.

Con semejante carta de presentación a golpe de números, no es de extrañar que la pareja se muestre ilusionada, aún más, entusiasmada, con su nuevo retoño, que viene a reafirmar una de sus pasiones en común: la navegación. Y ya no como un mero deporte; con estilo.

La firma desembarcará -o embarcará- así en San Francisco en 2013. Mientras tanto, la ciudad celebra en secreto que sus mares, ahora también,  visten de Prada.

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