Dani García acaba de estrenar la temporada 2009 en su restaurante Calima. Desde este mes de abril y hasta el próximo diciembre, el chef marbellí volverá a mostrar el magnífico nivel de su cocina de contrastes basada en la actualización de la cocina andaluza más tradicional.
Situado en el lujoso Hotel Gran Meliá Don Pepe, en la célebre Milla de Oro de Marbella, el restaurante Calima se ha convertido, en pocos años. en uno de los restaurantes con mayor potencial de crecimiento a corto plazo dentro del panorama gastronómico español. El talento de Dani García no ha dejado indiferente ni a sus comensales ni a la crítica especializada. Prueba de ello es el abultado palmarés de este joven chef que, en apenas 4 temporadas en Calima, acumula premios al mejor cocinero del año por doquier. Además, luce estrella Michelin y nada más y nada menos que 3 soles de la guía Repsol.
Pero hay más cosas que lucen en Calima. Su espléndida terraza sobre el mar nos permite disfrutar del sol o de las estrellas como en pocos restaurantes de la costa española. Y para los que prefieran hacer uso de su sala, se acomodarán –nunca mejor dicho- en un comedor elegante, con decoración moderna de línea minimalista, y cuyos amplios ventanales permitirán que las vistas no estén sólo restringidas a los afortunados usuarios de la terraza.
Pero lo que más debe ocuparnos, su cocina, es lo que le ha valido a Calima su rápido y bien ganado prestigio. Dani García no duda en hacer uso de técnicas culinarias avanzadas, que sabe combinar con sus recursos de alta escuela, para componer creaciones de ahora con la ayuda del mejor recetario andaluz de siempre.
En la carta, atención a los ajoblancos y gazpachuelos (no se puede pasar por Calima sin probar al menos uno de ellos) y, para los amantes de los -tan de moda ahora- huevos a baja temperatura, espectacular combinación de texturas, aromas y sabores en el huevo pasado por agua con sopa de cebolla y ñoqui de patata y trufa. En los pescados, todo un clásico como la pescadilla, en combinación con un sabrosísimo caldo de olla gitana con garbanzos –y su toque personal de calabaza-. Y en las carnes, destacada presencia del cerdo ibérico, que cuenta con apartado propio en la carta, y unos tiernísimos dados de solomillo de buey sobre unas patatas rotas al mortero con queso, acompañado de un aromático jugo de hierbas. Ya en los postres, mención especial a la representación gastronómica de un paisaje, la ‘luna llena reflejada en el mar de Calima’, con chocolate blanco, vainilla, mandarina y el toque exótico del yuzu.
Servicio correcto, destacable carro de quesos y carta de vinos amplia, en la que sorprende el apartado de generosos, realmente difícil de encontrar en otros locales.
Precio medio sobre carta alrededor de los 90 euros, y un par de menús degustación, entre los 90 y los 120 euros.
En definitiva, pura fantasía para una reinvención de calidad de la cocina andaluza. Sin duda, un restaurante a seguir. Desde Sibaritissimo, apostamos por la continuidad de su progresión.
Colaboración especial: Dani – CaviarBCN