Ubicado en el lujoso hotel La Residencia, de Deià (Mallorca), perteneciente a la exclusiva cadena de Orient-Express Hotels, El Olivo se ha convertido en uno de los mejores y más románticos restaurantes de autor de Mallorca.
La sala, ocupando el espacio destinado años atrás a un antiguo molino de aceite, es realmente agradable, con paredes de piedra, sillones de mimbre, amplios ventanales, techos altísimos con vigas de madera y una cuidada iluminación que convierte las cenas de pareja en auténticas escenas románticas de película de amor y lujo.
Si decidimos hacer una visita de mediodía en épocas de primavera, es también muy recomendable pedir una mesa en la terraza y disfrutar de la generosa naturaleza y las espectaculares vistas de montaña y mar que ofrece el pueblo de Deià.
Al frente de la carta, Guillermo Méndez, un chef que actualiza ligeramente los sabores de la cocina mediterránea con toques personales de influencia mallorquina y que introduce con bastante acierto recursos de la cocina más afrancesada, con espléndidos jugos en demiglace, confits en grasas de oca, o gelées de alto nivel técnico.
Entre las recomendaciones generales, los carpaccios (siempre presentes en la carta, imprescindible este otoño el de ternera y foie con caviar de Río Frío y setas), cualquier plato que incorpore las gambas de Sóller, que siempre tienen fresquísimas (ya sea en ensalada o acompañando a unas tiernas codornices confitadas con quínoa estofada), o las carnes guisadas, sean de caza o no.
Otras sugerencias contrastadas son el parfait de oca con melocotones blancos blancos, que acompañan de una de sus famosas gelées, en este caso combinando un punto de balsámico con la vainilla; o los tacos de atún marinado con sopa de idiazábal, ratatouille de aceitunas negras y un suave escabeche de pimentón.
En los postres, destacan sus chocolates, aunque si estamos en una velada romántica, nada mejor que la tarta tatin –en este caso de pera-, que elaboran en ración para dos personas, y que acompañan de un helado de vainilla y un culís de moras.
Buen trabajo del somelier Pere Pau Brunet, aportando a la carta de vinos una interesante representación en casi todas de las denominaciones españolas y en las internacionales más relevantes. Posibilidad de pedir algunas referencias a copas, individualmente o en maridaje completo.
Servicio de sala a la altura del entorno, agradable, profesional y con soltura en el trato a los comensales de corta edad, algo que no suele ser muy habitual en restaurantes de nivel.
Como curiosidad, para no molestar al resto de comensales, te ofrecen la posibilidad de dejarles a su cargo el teléfono móvil, y ellos se encargan de avisarte si recibes llamadas.
Si el restaurante y el hotel es exclusivo, sus precios también lo son: Menú degustación a 95 euros por persona, o bien 175 si queremos incluir el maridaje completo de vinos, aguas y cafés. Si optamos por la carta, los precios están en unos 30 euros para los entrantes, 40 para pescados y carnes, y de 10 a 15 para los postres.
Colaboración especial: Dani – CaviarBCN