La serie Oyster de Rolex ha pasado a la historia porque en 1926 se comercializó el primer reloj de pulsera hermético. Desde entonces la marca suiza se enorgullece de que sus Oyster han desafiado las condiciones más extremas; desde el desierto del Sahara hasta la cumbre del Everest.
La resistencia de la caja Oyster (ostra en inglés) es ya legendaria gracias a su cristal de zafiro inrayable y la corona atornillada «Twinlock«. Una caja tan robusta y sólida que siempre es comparada a una caja fuerte en miniatura. La realización de estas cajas es toda una obra de arte; de un bloque macizo de acero, oro de 18 kilates o platino y tras realizar más de 150 operaciones con él, se obtiene finalmente la caja de un Oyster. A partir de ahí se logrará con maestría y gracias a sus 220 componentes un reloj técnicamente perfecto.
El modelo que nos ocupa el Rolex Oyster Perpetual Datejust tiene, tras pasar por un riguroso examen de 15 días y 15 noches, el certificado del «Contróle Officiel Suisse des Chronométres» (COSC). Como puede verse en las imágenes, el día del calendario es, como en todos los modelos de la serie, claramente visible gracias a precisa lente de aumento Cyclops. Elegantes, sobrios, precisos, así son los relojes de esta serie.
El precio de un reloj de esta serie es variable (existen más de 20 modelos), pero se encuentra situado en torno a los 3.000 euros.