El famosísimo astillero Royal Huisman firma esta creación para los amantes del mar, el cielo, las travesías, la aventura… y el lujo. El yate a vela de casi 58 metros de eslora bautizado Twizzle no escatima en detalles. Si su exterior aúna sobriedad, clasicismo y lujo con maestría, sus interiores son dignos de cualquier hotel de alta gama en tierra firme. Este proyecto que supusiera un «reto divertido» para sus creadores, se eleva con seriedad y elegancia sobre los mares y corta los vientos con la precisión de la alta tecnología y performance. Cosa seria, vamos.
De gran esbeltez y belleza exterior, su arquitectura es obra de la división naval de Dubois. Sus interiores, no menos exclusivos, son a cargo de Redman Whiteley Dixon Ltd. en partnership con Todhunter Earle, garantizando un irrepetible producto final de calidad superior. Pero el Twizzle no destaca únicamente por sus valores estéticos y sus firmas de autor; tiene capacidad para recorrer largas distancias, siempre manteniendo un rendimiento óptimo y uniforme. Diseñado para concursar en cualquier regata Superyacht, cuenta con un sistema inteligente de velas que se adapta a cualquier tipo de viento hasta la más ligera de las brisas.
Señores, ya hay bookings para el invierno de 2012 por el Caribe (y no antes). Ahí queda eso.