Nacidos y criados en Northampton, en el centro de la industria británica del cuero, y amigos de la infancia Mark Jeffery y Guy West estaban rodeados por la tradición y la historia desde el principio, y más aun Jeffery ya que su padre dirigía una fábrica familiar de zapatos en la ciudad. Tal vez no sea una sorpresa, pues, que fueran a convertirse en diseñadores de calzado, pero el hecho de que comenzaron su primer negocio con 16 años de edad, diseñando y vendiendo sus zapatos en los mercados de Northamptonshire y también en el de Kensington Market en Londres, muestra la notable presencia y la motivación. Al principio, como Guy West explica, «Mark y yo comprábamos los zapatos que se rechazaban y los que no se vendian de la fábrica de su padre y otras fábricas, para personalizarlos y revenderlos«.
Rápidamente pasaron a tener sus propios diseños, pero como dice West, «pero éramos tan jóvenes que nadie nos tomaba en serio.» Para tal fin tuvieron que acercarse a un amigo que trabajaba como comprador de cuero en una fábrica de zapatos local para que comprara el cuero para ellos. En una cochera en el hotel que los padres de West se alojaban, los dos amigos instalaron un banco para trabajar el calzado y, «pagamos a un hombre que cuando terminaba de trabajar en la fábrica de zapatos trabajaba con nosotros«, dice West, «después nosotros ibamos por la noche y teniamos que cortar a mano los patrones de todos nuestros zapatos«. Luego los patrones eran cosidos en una casa de costura en Northampton, para terminar, como West esplica, «es cuando toda la parte superor se cose junto«, antes de coser la parte superior y las plantas en una fábrica que se compone el acabado en la piel del zapato, que luego llevarían de regreso al hotel de los padres de West para meter los zapatos acabados en cajas de cartón.
Ya estaban listos para la carrera en el mundo de los zapatos, pero la repentina muerte del padre de Jeffery y posterior pérdida de la fábrica, por desgracia tuvieron que descartar que Jeffery fuera capaz de hacerse cargo de la empresa familiar, fue lo que motivó a los dos amigos a tomar su incipiente negocio a otro nivel en 1987 con la fundación de Jeffery-West, por lo que su participación activa y temprana en cada etapa del proceso de fabricación durante los últimos cuatro años, aunque fue un aprendizaje de forma premeditada, ellos estaban totalmente preparados. Su laboriosidad continuó para crear 12 modelos de muestra para Jeffery-West y poder mostrar y acercarse a los minoristas potenciales antes de acercarse a un gerente de un banco, como West dice, «con simpatía, dijo que nos daría una oportunidad» y explica, además, que para él y Jeffery sólo en los primeros veinte años con el banco «fue todo un juego porque en ese momento no había nadie en la industria del calzado tan joven como nosotros«.
Desde el principio su intención fue que Zapatos Jeffery-West se imbuyese de todo el trabajo artesanal, la calidad y el pedigrí disponible por tener zapatos fabricados en las fábricas de Northampton con cientos de años de experiencia, pero que a esta historia de zapatos de reputación y calidad incontestable, darles un nuevo empuje con nuevos desarrollos, innovadores, y utilizar una gran variedad de pieles y colores, imaginacion, que demasiado a menudo carecen los zapatos de los hombres y en particular en los zapatos de lujo. Hay quienes han criticado a Jeffery-West por jugar con las tradiciones, como dice West, «Ustedes hacen que la gente nos mire por encima a nosotros, porque estamos haciendo zapatos en Northampton, pero no hacemos los zapatos tradicionales de Oxford, o con acento clásico, pero ¿por qué íbamos a querer tratar de ser Crockett & Jones, Trickers, o Church’s?, Ellos ya lo están haciendo, si usted quiere un zapato clásico Inglés no dudamos en afirmar que vaya a compralos a Crockett & Jones, Trickers, o Church’s, mientras que si usted viene a nosotros, usted está comprando nuestra historia, nuestra mano, nuestro toque, nuestra aportación al mundo del zapato«.
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