Como en el caso del Vavavoom de Valentino, todas las (grandes) firmas de la moda han elevado alguna de sus piezas a la categoría de icono. Piezas atemporales que lucen bien y envejecen mejor, llegando a convertirse en legado de padres a hijos, de abuelas a nietas.
Imposible abrir la lista sin mencionar al célebre Birkin de Hermès, dedicado a su musa Jane Birkin, quien ideó su creación junto al Presidente de la firma. Un bolso cómodo y funcional que ha logrado trascender también por su diseño, pero sobre todo por un aval de excepción.
Chanel tampoco podía pasar sin pena ni gloria, no sin su 2.55, un bolso pequeño emblema de la feminidad, que celebrities como Kate Moss han convertido en absoluto fondo de armario.
Uno de los iconos más gráficos y visuales, el Speedy de Louis Vuitton, con el monograma más reproducido de la historia. Su diseño y sus diferentes tamaños lo convierten en imprescindibles en cualquier viaje. Consagrado por las modelos más top en sus frecuentes escalas Nueva York-París-Londres.
La representación española llega de la mano de Loewe con su creación convertida en todo un clásico: el Amazona. No importa cuántas veces lo reedite la marca en distintos tamaños, colores y pieles, es seguro su gran best-seller.
Una de las últimas incursiones en la lista, el Lady Dior. Elegante, funcional, muy femenino y un habitual del celuloide.
He aquí los padres de una gran familia: sus modelos han sido copiados y reinterpretados por el ancho mundo, por lo que se han ganado un merecido hueco en los anales de la moda.
¿Cuál es el tuyo?