Hace ya algún tiempo que quería escribir este post, quizás por la idea de querer compartir con todos, una de mis pasiones o por el mero hecho de transportarme, en horas de oficina hasta este templo de la coctelería en Barcelona.
Este mítico local de Barcelona, abrió sus puertas allá por el 1931, de la mano de Antonio Gotarda, un emprendedor, que quiso plasmar su visión de la coctelería de lujo en la ciudad Condal, debido a los duros tiempos que corrían y a la ley seca en Estados Unidos, que limitaba las exportaciones y el abastecimiento en toda Europa, comenzó su andadura con una solo botella de Whisky.
Hoy en día y tras tres generaciones, las cosas han cambiado, su nieto, José María Gotarda continúa con la tradición y las riendas del negocio, manteniendo y aumentando el brillo de este clásico local. Nacido entre cocteleras, agitadores y vasos de mezcla, con tan sólo 17 años ganó el I Concurso de Coctelería Joven de la Escuela de Restauración de Sant Pol de Mar, tras acabar sus estudios trabajó en el Hotel Palace, en el cocktail Bar Balmoral de Madrid y también en el Hotel Warwick de París, viajó a Canadá y regresó a España para ocuparse del negocio familiar.
Durante su vida profesional ha ido acumulando premios, entre ellos, el Premio al Coctelero del Año en 1998 por el Congreso presidido por el prestigioso crítico gastronómico Rafael García Santos “Lo mejor de la gastronomía”, premio que ha vuelto a revalidar en el 2008.
Recientemente, Gotarda fue seleccionado por la marca Tanqueray, para formar parte de una exclusiva y corta lista de 10 barmen de los cinco continentes, seleccionados como representantes de la nueva Tanqueray Ten en Londres. Entre los miembros de este selecto grupo se puede encontrar a los cocteleros de The Bar at the Dorchester (Londres), Death & Co (Nueva York), el Bar Rouge de Shanghái y Le Bar Sumoir del Hotel Costes de París. Desde entonces, Gotarda forma parte del “Tanqueray Guild”. Asimismo, fue el encargado de prologar un libro editado por la marca de whisky Glenmorangie.
Ya os he explicado a grandes rasgos “El Que”, “El Donde” y “Quien”, pero falta lo más divertido y emocionante: “El Por Qué” es tan especial y que puede encontrar un Sibarita en un lugar así:
Los Cócteles: Una amplia carta de cócteles elaborados de manera exquisita que están divididos tal y como manda la tradición en Tragos Largos y Tragos Cortos:
- Tragos Largos: Como la Piña colada, preparada con auténtica crema de coco importada de Puerto Rico, el Mojito, una de las especialidades de la casa, el Naranjito, creado con motivo del Mundial’82, a base de ron, ginger-ale y naranja o el «Mint Julep», “el padre del Mojito”, un cocktail que ya se tomaba durante la Guerra de Secesión Americana y que es protagonista en la película “Lo que el viento se llevó”.
- Tragos Cortos: Como el Tchaikovski, un digestivo con vodka y calvados, el Margarita, el Manhattan, el Daiquiri y las otras estrellas de la casa: el Dry Martini y el maravilloso Cosmopolitan de Ideal, entre otros.
Los Whiskies de Malta: La carta, ha ido creciendo a lo largo de los años con las mejores novedades y productos que hay en el mercado, contiene los más exquisitos y raros destilados elaborados en todas las regiones de Escocia. Podemos encontrar joyas auténticas como: el Glenmorangie Vintage de 1971, el Ardbeg de 1978, el Knockando de 1983, el Glenfiddich envejecido durante 18 años, el Balvenie de 15 años o el Macallan, embotellado directamente de la barrica sin adición de agua: un sabor propio del 1800…
En total, hay listadas 50 destilerías y 89 referencias y cuenta con el valor añadido de las notas de cata de cada uno de los whiskies, así como su clasificación por zonas geográficas: Highland, Campbeltown, Islay, Lowland, Orkney, Skye, e Isle of Man, la única zona que no pertenece a las tierras de la sagrada Escocia. Si el cliente lo desea, es posible degustarlos con aguas de Escocia.
Los Gin & Tonics: Aquí es donde normalmente empiezan a sudarte las manos por los nervios y la excitación del momento, la carta de ginebras, te permite escoger entre más de 40 referencias distintas para elaborar esta maravillosa mezcla, que debemos agradecer a algún oficial Ingles destinado en la India durante la colonización, que aburrido de tomar tónica para mitigar los efectos de la malaria, con la quinina de esta bebida carbonatada, decidió “trucarla” en honor a la Reina.
Desde la clásica Tanqueray y su versión de lujo, Tanqueray Ten, hasta Bombay Sapphire, pasando por Beefeater 24, Hendricks, Bulldog, London Gin, Citadelle, G’Vine, Raffles… y así hasta 40, todas ellas combinadas con las mejores tónicas como Fever Tree, Fentimans, Q-Tonic o la original Schweppes, dan como resultado uno de los mejores Gin&Tonic que se pueden tomar en Barcelona. Los puedes degustar Clásicos, aromatizados con piel de limón, haba tonka, regaliz, pomelo pétalos de rosa, hierbabuena o angostura.
Muchas veces soñamos con disfrutar de “una buena copa” en lugares maravillosos y mágicos que vemos en webs, revistas o reportajes de televisión, en sitios tan alejados como desconocidos que hacen a nuestra imaginación de Sibaritas, volar y desear ir a conocer o disfrutar de tan maravillosos templos. Afortunadamente para los que viven en Barcelona o tengan la suerte de pasarse por la ciudad, estoy seguro que disfrutareis de uno de esos lugares y sin tener que soportar los retrasos de los aviones, porque desde que desapareció el Concorde: “Volar, ya no es lo mismo…”
Colaboración especial: Emilio Ruiz – INEDIT Catering
